EL EJE DE DISTRIBUCIÓN, UNA OBRA MAESTRA MECÁNICA

Este eje de distribución, llamado Königswelle en alemán, fue el componente que permitió convertir al bóxer de cuatro cilindros tipo 547 en un motor de competición.

Visualmente, esta pieza de 16,8 centímetros de longitud parece sencilla, pero su efecto en la dinámica del motor resultó definitivo.

En cada extremo del eje hay un engranaje cónico que, en alemán, se llama “corona”.

De ahí que el nombre de la pieza en esa lengua sea “Königswelle”, es decir, “eje rey”. Su función es transmitir el movimiento del cigüeñal al árbol de levas, por lo que en sus dos extremos forma un ángulo de 90 grados con respecto a esos dos elementos.

Hace más de 70 años, contribuyó de forma decisiva al perfeccionamiento del bóxer de cuatro cilindros de Porsche y lo convirtió en una máquina confiable para las carreras.