Esta semana, del 31 de julio al 6 de agosto, el Servei Català de Trànsit coordina con el cuerpo de los Mossos d’Esquadra y las Policías Locales de varios municipios de Catalunya, una campaña policial intensiva para combatir la velocidad excesiva.
Esta actuación de vigilancia afecta tanto al ámbito interurbano de carreteras principales y secundarias como al urbano, donde la velocidad excesiva puede tener graves consecuencias sobre todo para la seguridad de los colectivos más vulnerables, como son los peatones y los ciclistas.
En la campaña de controles de velocidad de abril del pasado año se impusieron en una semana casi 30 mil denuncias, de las que 29.974 fueron administrativas y 4 penales. Esto significa que se denunciaron en promedio de más de 4 mil conductores cada día por exceso de velocidad. En 2022, la velocidad inadecuada supuso el 11,1% del total de los factores concurrentes de los accidentes con víctimas en zona interurbana.
¿Qué efectos tiene la velocidad excesiva en la seguridad vial?
El incremento de la velocidad*aumenta la violencia de los impactos en los siniestros viarios. Por ejemplo, una colisión a 50 km/h equivaldría a una caída desde 10 metros de altura, mientras que tener un accidente a 160 km/h multiplica por diez la fuerza del choque y, por tanto, sus consecuencias.
La distancia de seguridad que debe mantenerse con el coche delantero para parar a tiempo ante cualquier emergencia depende, fundamentalmente, de la velocidad. En condiciones normales, a 120 km/h recorres la distancia equivalente a un campo de fútbol antes de detener un coche.
La distancia necesaria para la detención de un vehículo se obtiene sumando la distancia de reacción más la distancia de frenado. Por tanto, la velocidad a la que circulas influye directamente en estas variables e incrementa el riesgo de que puedas tener un accidente.